Previo: Por recomendación del
autor, se recomienda leer el capítulo con la canción Open Arms, que le
viene como anillo al dedo, pese a que el texto fue de inspiración
espontánea.
Tierra húmeda, vegetación selvática, un cuerpo peludo, de contextura media; un cuerpo lampiño, con figura femenina; miradas que se entrecruzan, elásticos tensionados que terminan por romperse, catarsis sin censura ni freno, salvo claro, el ritmo que imponen ambos individuos. Ahí estás tú, ahí estoy yo.
Tierra húmeda, vegetación selvática, un cuerpo peludo, de contextura media; un cuerpo lampiño, con figura femenina; miradas que se entrecruzan, elásticos tensionados que terminan por romperse, catarsis sin censura ni freno, salvo claro, el ritmo que imponen ambos individuos. Ahí estás tú, ahí estoy yo.
- ¿Por qué sonríes? - pregunta curiosa, después de mirar a través de mis ojos y percibir lo especial del momento
- No lo tomes como una cursilería, pero aún me queda darme un pellizcón para saber si esto es real - sonrío con ternura
Unas
manos se apoderan de tu pelo, recorren tu cabeza, palpan con ese
sensible tacto esos cabellos tuyos que me parecen tan lindos como
fantásticos. Tus manos, en tanto, se posan como mariposas en mis
mejillas, sostienes mi cara y se siente caer el rocío de la mañana en
forma de besos suaves. Mi corazón, que pocas veces se sobresalta, bombea
más sangre de la normal, al hombre de la escena se le ruborizan las
mejillas al mismo tiempo en que ella, cariñosamente, le dice que lo ama
desde hace mucho tiempo, que pese a la distancia y a no haberse visto
hace tanto, de todas formas siempre lo quiso, siempre quiso tenerlo
entre sus brazos y no soltarlo jamás.
-
Lo único que lamento de esto es que nunca sabrás la miel que mana de tu
boca, me encantas - digo antes de besarla ya con pasión previamente
reprimida, con ansiedad.
Tenía
miedo de que pensaras que te trataba bien y escuchaba tus problemas,
inquietudes y tonterías solo porque te deseaba, en realidad, al
principio me parecías una mujer más, una amiga con la cual pasar el rato
y descansar, pero te fuiste volviendo especial, seguía tratándote
igual, pero cierto deseo iba apoderándose de mí, no deseaba tu cuerpo,
no deseaba besar esa boca tan linda que tienes, aunque ahora creo que me
volveré perdidamente adicto a ella. Solo deseaba verte sonreír, poder
ser esa persona a la cual acudes primero para conversar, tenerte entre
mis brazos y no tener que reprimir un profundo suspiro por la emoción
que me significa tenerte a mi lado, sentir de nuevo cómo respiras, cómo
late tu corazón y la suavidad de tu piel.
Se
besan con los ojos cerrados, se dan esa hermosa pausa para disfrutarse,
se gustan, se palpan, se oyen; no importa la humedad de la tierra que
se pega en los pelos del muchacho, ni tampoco la brisa fría que pudiese
incomodar a la angelical forma de la niña. Eso no formará parte del
recuerdo de su primera vez, menos considerando los años en que se
conocen y lo especial que son cada uno para el otro.
-
Eres tan hermosa, y pensar que nunca te lo había dicho, pero lo eres -
le susurro en el oído, para luego besarla en el cuello e ir bajando
No
lo recuerdan, pero la emoción que llevan va mucho más allá del mero
acontecimiento que están viviendo, sienten unas cosquillas en el
estómago cada vez que recuerdan esas noches estrelladas, a la luz de la
luna y de una fogata, conversando de sus sueños, imaginándose que
viajaban a la luna y contemplaban toda la Tierra o que tenían alas y
podían volar adonde quisiesen solo con proponérselo, ambos supieron que
se pertenecerían mutuamente cuando se abrazaron por primera vez y se
quedaron estáticos mientras el mundo seguía girando.
"¿Y
por qué siempre me decías que era tu mejor amiga si lo que querías era
otra cosa?" se pregunta en su mente, si supiera que así fue desde un
principio pero que, entre tanto buscar alguien que pudiera
complementarlo y quererlo, el muchacho que ahora le abraza comprendió
que ella era la única con la que realmente podía ser él mismo. Así
mismo, desde que se alejaron y dejaron de conversar seguido, su imagen
dejó de tener esa sacralización anterior, terminó volviéndose una mujer
común y corriente para él, un recuerdo especial, una anécdota en el
camino. En su momento había elegido quererla como amiga para no
perderla, pero al final tuvo que despedirse igual de ella. "De haber
sabido esto, mejor la hubiese amado como la mujer que es y quizás la
hubiese tenido conmigo hasta hoy, yo quería tenerla cerca siempre"
pensaba yo, antes de que nos reencontráramos.
Ambos
terminan abrazados, desnudos en medio de la naturaleza, algo
ruborizados y jadeantes, pero por sobre todo, felices. No tienen ni
tuvieron necesidad de actuar, de fingir, de reprimirse; se conocen desde
hace mucho, con solo mirarse saben lo que el otro siente, no prejuzgan
al otro por sus ideas, se aceptan dentro del universo de diferencias que
tienen.
- Te amo pequeña, me siento tan feliz de que me hayas elegido a mí entre tanta gente - susurra el hombre
- Y yo, porque por fin pude demostrarte lo que...
Eso
sería lo ideal, creo que la fantasía sexual más hermosa que he tenido
ha sido hacer el amor con quien pensaba que era mi mejor amiga. Antes me
sentía algo culpable cuando recurría a este sueño para sacarme a
alguien de la cabeza, como si ella fuese una vara con la cual comparar
o, peor aún en esos momentos melancólicos, considerarla realmente como
algo más que un mero amor platónico y desear, en el fondo, que algún día
seamos más que simplemente amigos. De que sirve, sirve; lo lamento
Valentina, contigo no podría ser yo mismo, tendría que coartarme, aquí
el problema no eres tú, pero tampoco soy yo, solo que no eres para mí,
hasta que no llegue alguien que saque de mi cabeza a la muchacha hermosa
que soñé, seguiré siendo soltero...creo que ya debería dejar de andar
buscando a otras mujeres, cinco años perdidos y que podría haber
disfrutado con ella. Quizás mañana, mejor tarde que nunca. La única
lucha que se pierde, es la que se abandona.